Este año las lluvias nos han traído una bonita variedad de flores, mejor, una exuberante variedad nunca vista. Por suerte, los rojos campos de amapolas han durado mucho, y han sido espectaculares. Había que aprovechar todo esto...y así ha quedado plasmado en el barro, para poder recordarlo mucho más tiempo.
Y éstos son los jarrones finales hechos por los niños...